Títulos del dia Lunes 03 de Diciembre del Año 2012.
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Elecciones en juntas vecinales, ¿Para cuando?
Monday, 03 de December de 2012
El Concejo Deliberante debe tratar la modificación de las juntas.
Las
que otrora fueron una voz fuerte e influyente en la ciudad hoy están
trabadas en una crisis de representatividad debido a la postergación de
mandatos que existe, en algunos casos, desde hace más de dos años.
Viedma. En Viedma las juntas vecinales han
llegado a tener un peso social y político tan importante que muchos
dirigentes y partidos, por años han querido controlar las
representaciones barriales. Hoy, las juntas ya no son lo que eran, ese
motor vivo de las bases primeras de la organización social no es que
haya tomado otro rumbo, sino que ya no tienen ese protagonismo ni esa
gran capacidad de gestión que alguna vez tuvieron.
Nombres históricos
para el vecinalismo viedmense son los de Julio Schwemmler, Carlos Román
(que incluso se lo recuerda con una calle que lleva su nombre), Orfilio
Peña, Carlos Piñeiro, Félix Chandía y Roberto Maugeri, entre otros.
Ellos y unos cuantos más, tenían el peso suficiente como para gestionar
lo que hiciera falta en sus barrios. Es más, la Ordenanza 3535 de
creación de las juntas vecinales en Viedma y su funcionamiento fue a
instancias de los vecinalistas de Viedma.
Hoy la realidad es otra, si
bien la dirigencia ha trabajado y logrado objetivos planteados, también
es verdad que todas se encuentran con el mandato vencido con la crisis
de legitimidad que ello trae aparejado consecuentemente.
Debido a que
casi siempre son muy pocos los que quedan en las comisiones, son pocas
las juntas que con la extensión de mandatos han podido continuar con un
proyecto iniciado hace casi tres años.
En la actualidad, de las 20
juntas vecinales de la ciudad que estaban con comisiones activas, todas
tienen el mandato vencido. Quince de ellas tienen sus mandatos
prorrogados por el decreto 290/11, firmado por el Ejecutivo municipal.
A otras cinco, que tenían vencimiento entre octubre y noviembre de 2012, les corresponde la misma prórroga de mandatos.
Entre
2010 y 2011 vencieron mandatos en 15 juntas vecinales, las de los
barrios Los Fresnos (4-6-10); Las Flores (9-7-10); Currú Leuvú (9-7-10);
915 Viviendas (22-8-10); Parque Independencia (23-10-10); Jardín
(20-5-11); Sargento Cabral (20-5-11); Fátima (1-10-11); Manuel Belgrano
(23-10-11); Mi Bandera (23-10-11); Don Bosco (28-10-11); San Martín
(30-10-11); Artémides Zatti (3-12-11) ; Mitre (16-12-11) y Lavalle
(22-8-10).
En el presente año vencieron mandatos en cinco juntas
vecinales: El Cóndor (7-10); Ceferino (13-10); Ina Lauquen (11-11);
Santa Clara (11-11) y Gobernador Castello (11-11).
En tanto, las
juntas vecinales que no tienen autoridades desde hace varios años por
falta de presentación en las convocatorias son Zona Costanera y Luis
Piedrabuena. Las razones
Las razones
por las que no hay elecciones en las juntas vecinales de los barrios de
Viedma no se las debe endilgar a las propias juntas, sino al Concejo
Deliberante, que trabaja en la modificación de la Ordenanza 3535, pero
que todavía no ha podido tratarla siquiera en comisiones. De modo que si
no hay un tratamiento inmediato, las modificaciones no podrán ser
tratadas en la última sesión que queda del período ordinario de este
año, en la que además se debe tratar el Presupuesto 2013. Así, es muy
posible que las juntas vecinales sufran nuevamente la postergación para
realizar elecciones en sus respectivos barrios.
Las modificaciones
que se plantean, tanto desde el bloque del oficialismo como del Frente
para la Victoria, están vinculadas a las formas de funcionamiento de las
juntas vecinales, otorga mayor especificidad sobre Presupuesto
Participativo y otorga algunos beneficios temporarios a las personas que
participen en ellas.
Las que cambiaron
Si
bien la crisis de representación en las juntas vecinales existe, como
también existe una pérdida de espacio ante las diferentes fuerzas de la
ciudad, solo tres juntas vecinales tuvieron que modificar su conducción
desde que rigen las prórrogas por mandatos vencidos.
En el barrio Las
Flores, la renuncia de Eduardo Villalón llevó al corrimiento obligado
de lista y así la presidenta es Andrea Rodríguez y el vice, Federico
Coria. En el San Martín ocurrió algo similar y ahora quien preside la
junta es Irma Castro, secundada por Liliana Canale. En el Ceferino quedó
como presidente Vicente Bravo y, como vice, Adrea Iriart.
En las demás juntas vecinales continúan los mismos dirigentes que se presentaron de 2008 en adelante. Un espacio político
En
muchos casos, históricamente, las juntas vecinales fueron el rebote
político directo de lo que ocurría en la ciudad y en varias
oportunidades se han transformado en una extensión de las disputas
políticas (y territoriales) de diferentes dirigentes políticos. Incluso
en más de alguna polémica pública el mote de "puntero político" fue
endilgado a más de un dirigente barrial.
Puede decirse que en las dos
primeras gestiones de Jorge Ferreira en la intendencia buena parte de
las juntas vecinales (sino la mayoría) le respondieron directamente y
hasta jugaron políticamente con él. La situación mermó bastante en la
última elección de intendente.
Domingo 02 de diciembre de 2012 | Publicado en edición impresa
Patagonia
Río Negro: carretera oceánica
La ruta provincial 1 es uno de los raros
caminos argentinos que siguen el trazado costero, sin perder casi
contacto visual con el mar. En su trayecto, del balneario El Cóndor a
San Antonio Este, sorprende además con la mayor colonia de loros del
mundo
El
CÓNDOR, Río Negro.- El día después de Navidad, cada año, un grupo de
personas se reúne sobre la costa del balneario El Cóndor para arrojar
flores al mar. Lo curioso no es la escena, sino que todos los presentes
lleven el mismo apellido, Kruuse. Son los descendientes de los trece
hijos que tuvo un marinero danés a fines del siglo XIX. Su historia es
digna de contar y se remonta al origen mismo del balneario El Cóndor, un
pueblito rionegrino tranquilo que cambia de cara en verano cuando se
convierte en algo así como el barrio del sol y la playa para las
ciudades vecinas de Viedma y Carmen de Patagones.
Allí, donde la costa se eleva sobre acantilados para
ofrecer mejores vistas hacia los colores del mar, empieza la ruta
provincial 1 de Río Negro, casi la única carretera costera del país
(aparte de algunos caminos secundarios de ripio, la ruta nacional 3
tiene sólo un corto tramo sobre el mar, con un recorrido trazado más
tierra adentro). Recorre unos doscientos kilómetros entre El Cóndor y el
gigantesco complejo portuario de San Antonio Este. Gracias a un plan de
mantenimiento de la provincia, ahora es posible recorrerla con autos
comunes, sin riesgo de empantanarse en la arena, como ocurría hasta hace
poco.
Pero volvamos al punto de inicio. El 26 de diciembre de
1881, para ser más precisos. Aquel día, un clipper danés que llevaba
una carga de champagne francés de Alemania a San Francisco encalló sobre
las restingas frente a la costa, cerca de la desembocadura del río
Negro. Buscando ayuda en tierra encontraron a los únicos pobladores que
había entonces en aquella región y eran... daneses. Tal vez Kruuse lo
interpretó como una señal, pero no siguió al resto de la tripulación de
regreso a Escandinavia, sino que se quedó en la Patagonia para fundar
una próspera familia. Un final como en los cuentos, que seguramente fue
sellado con exclamaciones de ¡skal!, que es lo que se dice durante los
brindis en Dinamarca.
Ni siquiera hizo falta pensar en un nombre para
bautizar este asentamiento de pioneros vikingos. El barco encallado se
llamaba Cóndor, y su mascarón de proa era una linda efigie de aquella
ave. Sin duda tenía un nombre predestinado para terminar sus andanzas en
algún lugar de América latina. Así es la historia de El Cóndor, un
pueblo que tiene un nombre tan argentino... que le vino de la lejana
Dinamarca.
Con el paso de los años, su población creció y sumó
cada vez más servicios para contar hoy con hoteles, restaurantes y un
casino. Es el secreto mejor guardado de la costa rionegrina. Un poco
como lo fue años atrás Las Grutas. El Cóndor seguirá quizás el mismo
camino y su fama se extenderá algún día más allá de Viedma. Mientras
tanto, uno de sus más fervientes promotores no es descendiente de Hansen
Kruuse, sino cordobés, instalado a orillas del Atlántico hace unos
años. Mauricio Faillá es biólogo y llegó para estudiar la mayor colonia
de loros del mundo. Loros... en El Cóndor. Casi de cuento. Un cuento
danés. Aves muy famosas
Los
loros de El Cóndor conforman una gran colonia, pero el avance de
construcciones, autos y cultivos intensivos en la zona podría
comprometer su supervivencia. Foto: Gentileza Turismo de Río Negro y
Mauricio Failla
Mauricio Faillá estudia esta colonia desde hace muchos
años, en el marco de un programa de la Sociedad Max Planck alemana.
Cuenta que la colonia "es muy conocida en los ámbitos académicos y entre
los birdwatchers , observadores de aves, de todo el mundo.
Tengo en archivo más de 20 papers y 150 notas en más de 30 idiomas
publicados sobre los loros de El Cóndor". El tamaño de esta colonia es
impactante (ver recuadro). A lo largo de una docena de kilómetros de
acantilados, los científicos estiman que hay unos 35.000 nidos activos.
La roca de arenisca se ve perforada en miles y miles de huequitos, como
si fuese una gigantesca horma de gruyère. Los loros cavan estos túneles
con el pico, para esconder su nido en el fondo.
Mientras tanto, sobre la arena, El Cóndor vive al ritmo
del sol y de la playa, como cualquier otro balneario durante el verano.
Aquí también se pesca, y los habitués conocen lugares donde sacar
tiburones bacotas. Otros prefieren los deportes de viento, como el
kitesurfing o el carrovelismo. El balneario más chico
El Cóndor está en la desembocadura del río sobre el
mar. De hecho, desde arriba del acantilado se ve el rastro de las aguas
fluviales, que forman como un hilo amarronado en medio del azul intenso
de las aguas oceánicas. Es una región de mucha riqueza natural. Además
de los loros se pueden avistar ballenas en invierno y todo el año,
toninas y franciscanas, un delfín de pico largo y dientudo que vive en
zonas costeras poco profundas.
Su faro, inaugurado en 1887, es el más antiguo de la
Patagonia. Acaba de cumplir 125 venerables años. En sus alrededores se
ven muchos loros en los arbustos, buscando comida. Y en los campos
vecinos hasta se pueden avistar algunos ñandúes.
Desde El Cóndor hasta San Antonio del Este, el primer
tramo de la ruta 1 es asfaltado hasta Lobería, un minúsculo balneario
que cobra vida durante los meses de verano. Mauricio Faillá es el guía
de lujo para este viaje a lo largo de la costa del golfo San Matías, ya
que en paralelo con el estudio de la colonia de loros y de las charlas
didácticas que da en las escuelas armó su propia empresa de turismo,
Patagoning Fauna & Flora.
Doscientos kilómetros de camino con espectaculares vistas del Atlántico. Foto: Gentileza Turismo de Río Negro y Mauricio Failla
A menos de treinta kilómetros está Lobería, que como
cabe imaginar debe su nombre a una colonia de lobos marinos. El
balneario cuenta con servicios básicos durante el verano: un hostel y un
par de lugares donde comer. Nada más. Tiene una linda playa, protegida
por el acantilado. Ahí también se pueden ver loros junto a muchas otras
aves marinas, que están más dispuestas a hacerse ver que en la ya
bastante poblada villa de El Cóndor. Este verano, Lobería está de
estreno, con un nuevo acceso para avistar la colonia de lobos, luego del
derrumbe de las viejas instalaciones.
Un poco más lejos, Mauricio no deja de hacer una parada
en las anchas playas de Bahía Rosas, donde se pueden ver grandes
colonias de gaviotines y hasta algunos petreles. En invierno es otro de
los sitios donde se ven ballenas pasear cerca de la costa, mientras en
verano es una playa compartida por pocos iniciados.
La última huella de una civilización rudimentaria sobre
la ruta 1 está en Bahía Creek. No llega a ser un balneario, con su
puñado de casitas diseminadas al borde de un inmenso campo de dunas,
pero aquí se cuentan todavía historias de desembarcos nazis luego de la
Segunda Guerra Mundial. Hasta se recuperaron chapas de metal con
esvásticas en los campos de la zona. No está muy claro cuánto hay de
leyenda y cuánto de historia; lo seguro es que Bahía Creek es el
balneario más remoto y pequeño de la costa argentina.
En la actualidad, las dunas ya no representan un
problema para transitar por la ruta y se puede seguir durante un
centenar de kilómetros más hasta encontrar nuevamente el asfalto, un
poco antes de llegar a San Antonio Este. En algunos tramos, la ruta se
aleja y pierde el contacto visual con el mar, para recuperarlo en todo
su tramo final.
Si llega a atardecer, el puerto parece un espejismo que
surge entre aguas y tierras. A lo lejos ya se ven las luces de San
Antonio Oeste, distante apenas unos kilómetros del otro lado de la
bahía. La península donde se encuentra el puerto ofrece la última
sorpresa de este maravilloso viaje: en cualquier lugar donde se pare el
auto y se baje a la playa se descubre un inmenso campo de caracoles
acumulados durante millones de años, en lugar de arena.
Sobre estas mismas playas, en primavera y otoño,
descansan bandadas de aves que migran entre los dos extremos del
continente americano. Otro motivo para volver a recorrer la ruta.
Las Grutas, una cálida vecina
A 70 kilómetros de San Antonio Este, Las Grutas espera a
los turistas este verano con una gran renovación en materia de
infraestructura para disfrutar de las extensas playas de aguas cálidas
de la Patagonia. La primera bajada, la playa más familiar del balneario,
fue totalmente renovada para un mejor acceso al mar a través de
escalinatas y rampas que irrumpen entre los acantilados.
Foto: Gentileza Turismo de Río Negro y Mauricio Failla
Las playas del golfo San Matías tienen en verano las
aguas más cálidas de la costa argentina con 23ºC y un sistema de marea
que baja cada seis horas duplicando el espacio y dejando al descubierto
en algunos sectores formaciones rocosas.
Una novedad para la villa será la Casa de la Cultura
del Bicentenario, en la segunda bajada, en plena peatonal, donde habrá
obras de teatro y espectáculos toda la temporada, y se prevé sumar un
centro de interpretación para conocer la fauna y la flora del mar.
Se renueva este verano la propuesta de buceo en una
plataforma a una milla de la costa donde se encuentra el legendario Don
Félix, barco pesquero que fue acondicionado y hundido para tener bajo el
mar un sitio especial donde observar la majestuosa profundidad y sus
habitantes.
Con el lanzamiento de la temporada en diciembre, se
inaugurará la nueva terminal de ómnibus y mejoras en la costanera y la
peatonal.
LOS BARRANQUEROS, LOROS FIELES Y DE SU CASA
Los loros de El Cóndor son muchos, pero también son
cada vez menos. Mauricio Failla explica que si bien logran convivir sin
problema con los veraneantes durante enero y febrero, el avance de las
construcciones de El Cóndor, el mayor tránsito de autos y sobre todo los
cultivos intensivos los perjudican. "Sobre todo los cultivos -recalca-.
En esta región del norte de la Patagonia no tiene sentido cultivar
intensivamente cereales como en la pampa; sin embargo se desmontan cada
año amplias superficies de la vegetación nativa. Es menos comida para
los loros, aunque se los acuse de perjudicar los cultivos. Nuestros
estudios demostraron que tienen un impacto insignificante sobre las
cosechas al lado de la inadecuación del clima y de los suelos."
Por eso lo ideal sería poder proteger la colonia con un estatuto de reserva natural.
Los habitantes de estas latitudes son loros
barranqueros, más grandes que los habituales de la pampa, y su plumaje
verde tiene manchones rojos y azules. Failla cuenta que "es una especie
que vive en la Argentina desde Jujuy hasta Comodoro Rivadavia, pero aquí
encontraron un terreno ideal y prosperaron como en ninguna otra parte.
Necesitan barrancos o acantilados de rocas blandas para cavar el nido
que van a ocupar toda su vida, con la misma pareja".
Como en el caso de los pingüinos, que vuelven a su nido
luego de meses pasados en el mar, es asombrosa la habilidad de estos
loros para encontrar su refugio entre los miles que hay sobre la
extensión del acantilado. Muy sociables, vuelan agrupados para ir a
buscar comida o para reencontrar sus nidos. A la mañana temprano o al
atardecer forman nubarrones verdes y chillones, que se extienden hasta
donde lleve la vista a lo largo de la costa.
DATOS UTILES
Para ver
Colonia de loros barranqueros: el acceso está
indicado desde la costanera misma de El Cóndor. Se accede por la playa y
se puede caminar a lo largo del acantilado en dirección al oeste.
Cuanto más se aleja de la playa y de las construcciones, más loros se
ven sobre el acantilado. Hay un proyecto de ley para la creación del
Área Natural Protegida Estuario del Río Negro que se viene impulsando
desde 2007, con vistas a su votación durante el año que viene.
Permitiría regular las actividades en torno de la colonia de loros, pero
también proteger a animales en peligro como el delfín franciscana.
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